La forma
de las bacterias al microscopio está determinada por la rigidez de su pared
celular. Básicamente, se diferencian según su forma en cocos (esféricas u
ovaladas), bacilos (cilíndrica o de bastones; rectos o curvos) y espirilos
(espiral); dentro de estas últimas se encuentran: Treponema, Borrelia y
Leptospira (ver figura 1). Las espirilos varían en el número de vueltas,desde
pocas (Borrelia) a muchas (Treponema). Las bacterias pueden mantenerse unidas
unas con otras después de la división celular, pero conservando siempre la
independencia celular. Si el plano de división es único, podemos encontrar
diplococos o cocos en cadena (microorganismos del género Streptococcus).
Si los planos de división son muchos, los cocos pueden agruparse en
tétradas o en racimos (Staphylococcus). Los bacilos pueden ser muy cortos
(cocobacilos) o muy largos. Sus extremos pueden ser redondeados o rectos;
pueden estar aislados, en cadenas, en filamentos o formando letras chinas
(Corynebacterium). Los bacilos curvos pueden tener forma de coma (Vibrio
cholerae).
La
morfología bacteriana debe ser observada con el microscopio óptico o el
microscopio electrónico, dado el tamaño pequeño de estos microorganismos.
El más usado en el laboratorio es el microscopio óptico de campo claro,
pero existen otros como el microscopio óptico de campo oscuro en los que
los organismos aparecen brillantes en fondo oscuro. Este
microscopio permite la visualización de bacterias difíciles de colorear
como el Treponema pallidum, agente de la sífilis.
Las
bacterias pueden observarse sin tinción (examen en fresco) si se las coloca en
glicerol o soluciones no acuosas que aumenten el índice de refracción o
con tinción usando distintas coloraciones que mejoran su visualización ya
que son células incoloras. Dichas tinciones se basan en la afinidad que
presentan los colorantes por las estructuras bacterianas. Los
colorantes catiónicos por ejemplo, son atraídos por los componentes de
carga negativa como los ácidos nucleicos y los polisacáridos. Ejemplo de
este tipo son: el azul de metileno, el cristal violeta y la safranina.
El examen
en fresco no es el más usado para observar la morfología bacteriana porque
las bacterias tienen citoplasma incoloro y su índice de refracción no
difiere mucho del vidrio y del agua. Con esta técnica se puede verificar
la existencia de bacterias y evidenciar su capacidad para moverse. El
examen en fresco también puede ser usado con técnicas especiales como la
tinción con tinta china que nos permite determinar la presencia de cápsula
rodeando la bacteria. También puede usarse en el microscopio de campo
oscuro por ejemplo para observar Treponemas o Leptospiras con su
movimiento característico.
Las
coloraciones que se usan para teñir los preparados de bacterias, se pueden
dividir en: simples, diferenciales y especiales. Las primeras, por ejemplo
el azul de metileno, nos permiten observar la existencia de bacterias, su
morfología, su agrupación, la presencia de esporos y la existencia de
otros tipos celulares. Las diferenciales (por ejemplo la coloración de Gram y
la de Ziehl Nielseen) además de lo anterior, permiten la diferenciación de
las bacterias porque usan diferentes colorantes que se comportan distinto
según el microorganismo en cuestión.
Las
tinciones especiales se usan para objetivar distintas estructuras como la cápsula,
el núcleo, los flagelos, los esporos, etc.
Antes de
la coloración hay que realizar la preparación y la fijación del frotis. La
preparación del frotis consiste en extender homogéneamente la muestra (por
ejemplo un cultivo bacteriano) o una suspensión de la misma sobre una
lámina. Una vez preparado el frotis debe secarse y fijarse (por ejemplo
con calor).
Con la
fijación del frotis se pretende obtener la muerte de los microorganismos, la
adhesión a la lámina y la conservación de su morfología. Después de
preparar y fijar el frotis, se puede realizar cualquier tipo de coloración
(simple o diferencial).
La
coloración de Gram es la más usada en bacteriología; debe su nombre a quién la
describió en 1884. Es una coloración diferencial, dado que las bacterias
pueden clasificarse según su respuesta en grampositivas o gramnegativas.
Las primeras se tiñen de color azul violeta y las segundas adquieren un
color rosado o rojo. La diferente reacción de las bacterias a
la coloración de Gram se relaciona con diferencias fundamentales de la
envoltura celular de estas dos clases de células.
En el
cuadro 1 se muestran los colorantes usados, su tiempo de aplicación y la
diferente coloración que adoptan las bacterias grampositivas y
gramnegativas en cada paso de la coloración de Gram.